Estas bolitas de sabor intenso como me gusta llamarlas son fascinantes, además de aportarte proteínas, lo que lo hace un snack saludable muy recomendable. También tiene la dosis justa de carbohidratos y grasas saludables. Son, en definitiva, una irresistible opción para degustar.
Tiempo estimado: 15 min
Dificultad: Fácil
Porciones aproximadas: 10 trufas pequeñas de aproximadamente entre 10 y 15 gramos
Ingredientes
- 1/2 taza de mantequilla de maní
- 1/4 taza de jarabe de maple o agave
- 1 scoop de proteína de chocolate
- 6 cucharadas de cacao en polvo sin endulzar
- Pizca de sal
- Chocolate amargo no endulzado para derretir
Instrucciones:
- Preparación de la mezcla:
- En un tazón, combina la mantequilla de maní, el jarabe de maple (o agave), el scoop de proteína de chocolate, el cacao en polvo sin endulzar y una pizca de sal. Mezcla todo hasta obtener una masa moldeable y suave.
- Formación de las trufas:
- Con la mezcla lista, forma las trufas del tamaño que más te convenga. Puedes hacerlas pequeñas para picar o un poco más grandes si lo prefieres.
- Refrigeración inicial:
- Coloca las trufas en el refrigerador por un mínimo de 20 minutos. Esto permitirá que tomen forma y se endurezcan un poco.
- Derretir el chocolate amargo:
- Mientras las trufas están en el refrigerador, derrite el chocolate amargo. Puedes añadir un poquito de aceite de coco si lo deseas, aunque no es indispensable. El aceite de coco ayudará a que el chocolate tenga un acabado más brillante y aunque también le aporta más grasas, por ende, lo dejo a tu criterio.
- Sumergir las trufas:
- Saca las trufas del refrigerador y sumérgelas una por una en el chocolate derretido. Asegúrate de cubrirlas completamente.
- Refrigeración final:
- Coloca las trufas recubiertas de chocolate nuevamente en el refrigerador por otros 20 minutos o hasta que el chocolate se endurezca por completo.
Y ahí las tienes, unas deliciosas trufas proteicas que te prometo, requerirás de una gran fuerza de voluntad para comer solo una. ¡Buen provecho!